Historias de Hollywood: Brad Renfro “La destrucción pública de una estrella”
¿Qué se esconde debajo de lo que no vemos a simple vista? Hollywood es un lugar donde ocurren hechos que damos por sentado, como las espirales descendentes, que llevan de la fama misma a lo más bajo de la experiencia humana. Teniendo eso en cuenta, sería bueno comenzar con un enunciado que de seguro molestará a algunos: Brad Renfro fue mejor actor que River Phoenix. Pero también fue mejor ejemplo de una caída en desgracia que, para fortuna de muchos en la industria, resultó barrida por la completa falta de empatía (y sinceridad) de quienes mueven los hilos que guían la atención del público americano. ¿Por qué a Phoenix se lo recuerda en la actualidad y a Renfro no? ¿Dónde reside la diferencia entre ambos? Tal vez se deba a que con el actor, que nos llama el día de hoy, no es posible el acto de idealizar la tragedia de una vida joven como sucede con River. No existe nada de admirable acerca de morir pronto para dejar un cuerpo bonito detrás. Y la persona que nos trae a esta entrada se encargó de dejarlo claro. ¿Qué se esconde por debajo? Para encontrar la respuesta debemos de comenzar por el principio de la historia.
Brad Renfro nació el veinticinco de julio de 1982 en Knoxville, Estado de Tennessee, en el núcleo de una familia inestable. A partir de los cinco años de edad, es cuidado por su abuela ante la separación de unos padres que no podían darle una crianza adecuada. Al cumplir los diez años es descubierto por un agente de casting bajo las órdenes del director Joel Schumacher que, al ver el talento natural del niño, decide contratarlo para el film que estaba preparando. El debut de Renfro en el cine llega en el año de 1994 con la película “The Client”. Gracias al guion de John Grisham y la dirección de Schumacher, comparte cartel con Tommy Lee Jones, Susan Sarandon y William H. Macy, en un éxito inmediato de taquilla que recaudó casi el triple de su presupuesto. Siendo solo un crío, ya era una estrella reconocida.
En 1995 forma parte de “The Cure”, un drama dirigido por Robert Kuhn. Luego llegaría el protagónico en la producción de Disney “Tom and Huck”. Ese año recibe tres premios diferentes como mejor artista joven. Pero es al arribar el año de 1996 que comienza una actitud fija en la carrera del actor: escoger e interpretar papeles sobre jóvenes torturados que viven existencias casi marginales o hasta amorales. Al igual que hizo Alma Rubens, en los años de oro del cine mudo, Renfro utilizaría el caos oculto en su privacidad para dar vida a roles difíciles y crudos con una naturalidad que generó tanta admiración, como escalofríos, en la audiencia que asistía a las salas de cine.
Es también en 1996 que interpreta a la versión adolescente de Brad Pitt en el drama “Sleepers”, una joya del cine que contó además con Kevin Bacon, Robert De Niro, Jason Patrick, Minnie Driver, Vittorio Gassman y Dustin Hoffman. En el año de 1997 Brad repetiría junto a Kevin Bacon en el drama musical “Telling Lies in America”. Pero a espaldas del público americano, la joven promesa de Hollywood trabajaba en un proyecto muy diferente a lo habitual.
Renfro hace historia en el mundo de los videojuegos, al protagonizar una fusión de cortometraje y comercial, para la empresa japonesa Capcom. Bajo la dirección del genio de George Romero, el actor se pone en la piel del oficial de policía Leon S. Kennedy, en una publicidad para “Resident Evil 2” o “Bio Hazard 2” como se lo conoce en Japón. El promocional fue transmitido únicamente para la televisión de ese país. Semanas más tarde, el videojuego resulta un éxito rotundo de ventas; lo que convierte al actor, aún menor de edad, en un ídolo para las chicas “niponas”. Veintiséis años después, con un Hollywood saturado por films de la saga de “Resident Evil”, se puede afirmar que el primer Leon de la vida real fue Brad Renfro.
Brad luciendo el uniforme del Departamento de Policía de Raccoon City.
El anuncio de televisión, con Leon S. Kennedy y Claire Redfield, mostrando la fecha de salida y el precio del juego.
En 1998 logra entregar el mejor rol de su carrera: Todd Bowen, un muchacho que descubre que su vecino anciano es en realidad un miembro de alto rango de las SS, responsable de infinidad de crímenes de guerra. Dirigido por Bryan Singer, basado en un relato corto de Stephen King, el film es una maravilla gracias a la interacción frente a cámaras entre Brad Renfro e Ian McKellen. “Apt Pupil” se estableció con el paso del tiempo como una película de culto. La interpretación de Renfro lo llevó a recibir el premio a mejor actor en el Festival Internacional de Cine realizado en Tokio. Mientras el mundo lo aclamaba por su talento…, él se hundía en las drogas y el descontrol de una vida incapaz de contener los demonios personales.
El año 2001 es el último de verdadera relevancia en cuanto a protagónicos para su carrera. En el film “Bully”, producido por Lions Gate, Renfro entrega uno de sus mejores personajes, como un adolescente violento que empuja a sus amigos al extremo de asesinarle. Después tomaría la decisión de mostrar otra faceta, al hacer comedia en la película “Happy Campers”, sobre un grupo de jóvenes irresponsables que toman el control de un campamento de verano, cuando el director del lugar es alcanzado por un rayo en plena tormenta. Ambos proyectos dejaron en claro el talento del actor. Aunque el daño creado por las adicciones podía verse ya en su semblante demacrado.
A partir del año 2002 comienza una seguidilla de films independientes y cortometrajes, destacando la cinta de ciencia ficción “The Jacket”, junto a Adrien Brody, Keira Knightley, Kris Kristofferson y Daniel Craig. A eso siguió una participación en la serie de televisión “La Ley y el Orden” en el 2006. Es en octubre del 2007 que Brad ofrece su última entrevista para televisión. Los pocos minutos que dura logran partir el corazón de la audiencia. Allí se lo ve agotado (casi harto de la industria del cine y de la vida misma), acompañando la escena con un sobrepeso alarmante. Por si fuera poco, la mirada de dolor que exhibe, va de la mano de un tono de voz que lo lleva a uno a agradecer que la entrevista termine tan pronto.
Brad con su genial personaje llamado "El Desconocido" en "The Jacket".
La entrevista final del actor en el año 2007.
-2000 por robar un yate estando drogado, tanto que ni se enteró de que seguía amarrado al muelle, al encender el motor y partir. ¿Lo imaginan sentado al timón sin ir a ningún lugar?
-2001 por conducir ebrio.
-2002 por intoxicación pública.
-2005 por conducir drogado.
-2005 por ser atrapado en una redada de la Policía de Los Ángeles al comprar heroína.
-2006 por conducir ebrio o drogado.
-2007 por violar su libertad condicional.
Esposado a una silla en la corte.
Siendo arrestado en el año 2005.
Esposado en la corte... otra vez.
Aquí debemos de hacer una pausa en la historia para tratar de comprender mejor el contexto de lo ocurrido. Esa es la razón, de ser sincero, por la que decidí realizar esta entrada; para darle a un actor (que tendría hoy mi edad) al menos el beneficio de la duda. Hollywood nos ha mostrado que, con el paso de las décadas, llegamos a conocer cosas que en ocasiones desearíamos no saber. Entre los estudios de filmación, ubicados en California, caminaron seres tan bonitos como Jean Harlow, y también monstruos, que se escudan en el dinero y la impunidad que otorgan las productoras de cine. Es importante recordar que Brad Renfro trabajó en su niñez bajo las órdenes de Joel Schumacher y Bryan Singer. Dos directores que al día de hoy se encuentran casi por completo exiliados de la industria del cine. La razón: años de rumores, e incontables acusaciones, sobre abusos de todo tipo hacia actores menores de edad. (Lo de salir al mar con un bote atado al muelle ya no suena tan gracioso ahora, ¿verdad?) Y teniendo en cuenta el historial de esos dos… lobos con piel de oveja, pienso que sería un gesto amable el no tildar a Renfro de simple adicto perdido. Solo por si acaso; no vaya a ser que en unos años nos enteremos de otras cosas.
Joel Schumacher rodeado por los personajes de "Plaza Sésamo". Una imagen vale más que mil palabras.
Bryan Singer (derecha) junto a su amigo Kevin Spacey en el año 2006. ¿Hace falta decir más?
En 2008, que es el último año de su carrera, llega a las salas de cine el drama “The Informers”, filmado en Buenos Aires, Argentina. Allí comparte cartel con nombres como los de Billy Bob Thornton, Kim Basinger, Mickey Rourke, Winona Ryder y Amber Heard. El cortometraje “Collector” junto a Matthew Boylan sería su trabajo final.
Mickey Rourke junto a Brad Renfro en el set de filmación de "The Informers" (2008).
Un irreconocible Renfro en escena de "The Informers"
Matthew Boylan frente a Brad Renfro en "Collector" (2008).
El quince de enero del año 2008 es encontrado dentro de su apartamento ubicado en el barrio de Whilshire, en la ciudad de Los Ángeles. Una sobredosis de heroína le arrebató a la Diosa de Hollywood uno de los mejores actores jóvenes que ha existido. Brad Renfro tenía tan solo veinticinco años de edad. Una semana más tarde, Heath Ledger fallecía en Nueva York, para acaparar por completo la atención de la prensa. Como insulto final, en la entrega de Los Premios Oscar, omitieron el nombre de Renfro en la sección de homenajes póstumos. No fue hasta el año 2012 que la prensa descubrió que el actor tenía un hijo con una mujer japonesa que aún residía en ese país.
1092 de South Ogden Drive: el hogar de Brad.
Brad Renfro fue tanto en vida, como en la muerte, una verdad incómoda para los que se arrastran bajo el ala protectora de Hollywood. A diferencia de River Phoenix, no es posible crear un mito de rebeldía con él, debido a que lo hemos visto morir de forma penosa con cada año transcurrido. Comprendimos que Renfro era humano, y no una entidad casi divina de largos cabellos dorados, como Phoenix. La tragedia inherente a los niños actores puede rastrearse hasta la época misma del cine mudo. Y continúa presente al día de hoy. El verse inmersos a una edad tan temprana, en esa clase de ambiente malsano que caracteriza al cine y la televisión, es el equivalente de arrojar a un asmático dentro de un vagón de tren de larga distancia, exclusivo para fumadores. Pero es mucho más sencillo (y conveniente) para los medios masivos hacer una comedia al patear a los caídos. Podríamos tardar un día entero en nombrar estrellas infantiles que han acabado igual o peor que él.
River Phoenix: cómo Hollywood nos vende que morir joven es genial.
¿Acaso en más de cien años ha cambiado algo en California? La respuesta es un simple no. Solo basta ver el esfuerzo que realiza Brad, al contener el llanto durante su entrevista final, para entenderlo mejor. Él ya lo sabía desde entonces: crecer frente a las cámaras de filmación es tan saludable como masticar una barra de plutonio radioactivo. Desearía que existiera una última curva algo más alegre para llegar al final del camino que fue la vida del actor. Pero la pendiente que tomó fue demasiado inclinada. Desearía también, que la gente lo recordara por el talento que tenía, y no por lucir como un yonqui con sobrepeso. Yo en lo personal prefiero recordarlo por su versión de Leon S. Kennedy, disparando a zombies en la televisión japonesa, para vender un videojuego que todos hemos jugado en algún momento de nuestras vidas. Juntar a Brad Renfro con “Resident Evil” es lo más fantástico que puede haber. ¿Existe algo mejor que eso? Pues si existe… yo no lo conozco.
Brad Renfro
Fuentes Consultables:
Comentarios
Publicar un comentario